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El sector agrícola de Nueva Zelanda, que representa aproximadamente la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero del país, será excluido del sistema nacional de precios del carbono, según se confirmó el martes. Los agricultores habían protestado contra propuestas anteriores para imponer un precio regulado sobre las emisiones de metano, dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno a partir de finales de 2025, argumentando que forzaría a algunos en la industria a abandonar sus tierras.
“El gobierno está comprometido a cumplir con nuestras obligaciones de cambio climático sin cerrar las granjas de Nueva Zelanda”, dijo el ministro de Agricultura, Todd McClay, el martes en Wellington. “No tiene sentido enviar empleos y producción al extranjero, mientras que países menos eficientes en carbono producen los alimentos que el mundo necesita”.
Según McClay, se establecerá un nuevo grupo para desarrollar estrategias para limitar la contaminación de la industria.
El gobierno de centro-derecha del primer ministro Christopher Luxon, que fue elegido en octubre, incluyó en su plataforma una promesa de retrasar la introducción de un precio regulado sobre las emisiones agrícolas hasta al menos 2030. Su administración también pretende levantar una prohibición sobre la exploración de petróleo y gas en alta mar que ha estado vigente desde 2018.
“Nuestra línea de fondo es que no apoyamos un precio sobre las emisiones agrícolas como una forma de lograr reducciones”, dijo Kate Acland, presidenta de Beef + Lamb New Zealand, un grupo de la industria. “No hay absolutamente ninguna justificación para un precio. Esto es innegociable para nuestros agricultores”. Los productos agrícolas comprenden el 44% de las exportaciones totales de Nueva Zelanda.
Un proceso establecido bajo el gobierno anterior de Nueva Zelanda para ayudar al sector agrícola a medir y gestionar todas las emisiones de las granjas será reemplazado por un nuevo grupo centrado en abordar el metano biogénico, dijo McClay.
El metano liberado por ovejas, vacas y otros animales contribuyó aproximadamente al 42% de las emisiones brutas de Nueva Zelanda en 2022, según datos del gobierno. Se destinarán inversiones adicionales a tecnologías como una vacuna contra el metano, la cría de ganado con menores emisiones y los inhibidores de metano y óxidos de nitrógeno.
“Nos estamos enfocando en encontrar herramientas y tecnologías prácticas para que nuestros agricultores reduzcan sus emisiones de una manera que no reduzca la producción ni las exportaciones”, dijo McClay
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